martes, 12 de marzo de 2013

Capítulo 27- Paseos Reveladores, Ojos Negros

 -Venga, Niall.
 -¿Por qué andas tan rápido? Pensé que sólo íbamos a dar un paseo.
 El chico caminaba detrás de Louis, que avanzaba con prisas por las calles de Londres.
 -Sí, pero preferiblemente por un sitio con poca gente que me vea hablando solo.
 -Ah, es cierto.- dijo Niall, alcanzándole.- A veces me olvido de que sólo tú puedes verme. ¿A dónde vamos? ¿Está muy lejos?
 -No, unas cuantas calles más allá está prácticamente vacío. Son diez minutos.
 Louis se calló bruscamente cuando una marea de turistas pasó por encima de Niall, al que no le dio tiempo a apartarse.
 -Mierda.- murmuró el chico, volviendo al lado de Louis.- Odio que hagan eso. Es muy molesto.
 -Por estas calles, al haber tanta gente, es normal que pase.
 Los dos chicos se callaron y siguieron andando, aunque el silencio entre ellos no duró demasiado.
 -¿Cuánto es para ti poco?
 -Cállate, no se de que te quejas. Sólo llevamos andando cinco minutos.
 -Puede que tú estés en forma, pero yo no.
 -Pues ya es hora de cambiar eso. Mira, es ahí, pesado, que eres un pesado.
 Louis le señaló una estrecha calle entre dos edificios de teja roja.
 -No parece muy buena para pasear.
 -Tu calla y anda.
 El chico obedeció, metiéndose entre las dos casas. Al entrar descubrió que, aunque era bastante estrecha, se ensanchaba a lo largo de la calle, hasta desembocar en un paseo poco transitado.
 -¿No ves? Tengo mis trucos.- murmuró Louis, sonriendo.
 -Vaya. Qué... poética.
 -Vamos. Por ahí hace menos viento.
 Doblaron la esquina, ya a paso más calmado. Niall observaba a su amigo, que intentaba dirigir la mirada hacia el lado contrario. Podía negarlo, pero él sabía que pelearse con Eleanor no hacía otra cosa que hundirle más de lo que ya estaba. Pasaba mucho tiempo con Louis, incluso cuando él no se daba cuenta de que estaba allí, y sabía que, aunque intentase aparentar otra cosa, por dentro estaba destrozado. Y le preocupaba que no fuese capaz de hablar con nadie sobre eso.
 -Mira.- dijo, intentando distraer a Louis; ya tendría tiempo de estar triste.
 Señaló a lo lejos, donde un chica cantaba una canción mientras hacía el ritmo con una guitarra acústica.
 -Es nuestra.- murmuró Louis, sonriendo.
 -I found your lips, so kissable...  Sí, es nuestra. Párate, quiero ver la guitarra.- dijo Niall acercándose a ella hasta colocarse a menos de diez centímetros de su cara. Louis rió; si la chica viese a su amigo, probablemente le daría un infarto.
 La observó; a pesar de que una enorme sudadera le cubría la mayor parte del cuerpo, llevaba las mangas remangadas, y un enorme tatuaje de enredaderas sobresalía, rodeándole el antebrazo y acabando en su muñeca. La larga cabellera de pelo color rojo sangre, que le llegaba hasta la cintura, se enroscaba en pequeños tirabuzones al llegar a las puntas. Sus manos rasgueaban la guitarra mientras ella cantaba, con los ojos cerrados y la cara completamente lavada, sin una gota de maquillaje. Al inclinar la cabeza hacia un lado, Louis entrevió otro tatuaje, aunque no pudo definir bien qué era exactamente. Antes de que se diese cuenta, la canción terminó y los enormes ojos de la chica, de un increíble tono negro, se quedaron mirándolo fijamente.
 -Vamos.- susurró Niall.- Sé que te ha hechizado con su belleza, pero te ha pillado mirándola.
 -No seas idiota.
 -Y límpiate, se te cae la baba.
 -¡Cállate!
 Louis miró a su alrededor, preocupado. Esperaba que nadie le hubiese oído gritar a la nada.
 -Parecía maja, sólo eso.
 -Ya, ya... Maja... Por supuesto.
 -Sí, claro que por supuesto.
 -Eso y que parecía sacada de un Tumblr hipster.
 Louis le miró boquiabierto.
 -¡No es cierto!
 -¡Pues claro! ¿Y ese tono de pelo rojo menstruación?
 -Ves mucho la tele.
 -Y tú eres demasiado moderno e influenciable.
 -Te pegaría si no fueses una alucinación.
 -No existir tiene sus ventajas.
 Ambos rieron, cada uno por sus propias razones; uno lo hacía por no llorar, por el triste hecho de que nunca podría recibir un puñetazo cariñoso de nuevo; otro, de puro nervios, y con el recuerdo de unos ojos negros grabados a fuego en su cerebro.

 -No sabía que odiases tanto el tabaco.
 -No lo odio, pero no me gusta el olor. Huele a incendio. No es agradable oler a incendio.
 -Tu lógica contundente me abruma, Louis.
 -Es puro sentido común.
 Los dos chicos llevaban ya un buen rato caminando, hablando de cualquier chorrada que se les ocurría. Niall sentía como su amigo se relajaba por momentos, y él mismo se sentía mucho mejor; los anteriores días encasa de Louis habían sido difíciles, y la última visita al médico, mucho más.
 La doctora les había dicho que sí, oficialmente, era un tumor. Y que lo primero que harían sería aplicar radioterapia, para ver cómo evolucionaba. Después de ello decidirían si debían operar o si no era lo suficientemente grande para ser inmune a la quimio. Pero la doctora les había sido franca; no era de los más fáciles de curar, y daría mucha guerra.
 Niall sabía que podía ser mucho, mucho peor. Pero aún así, ver a Louis consumirse mientras Eleanor no hacía más que poner las cosas difíciles no daba muchas esperanzas.
 Por otro lado, él comprendía a la chica. La situación era difícil, no sólo para Louis, también para ella. Estar al lado de un enfermo, y no poder hacer nada para ayudarle, aunque sea lo que más deseas, siempre acaba por desgastar.
 -Hey.- dijo Louis, sacando al chico de sus pensamientos.- Mira quién está ahí.
 Niall miró a lo lejos. Sentado en un banco, con las piernas encogidas y la cabeza ladeada, se sentaba Zayn.
 -Cuanto tiempo. Acércate y salúdale.
 -A eso iba. No hace falta que me manejes, idiota.
 -Era por si pensabas huir haciendo la croqueta.
 Los dos chicos se acercaron hasta Zayn, que levantó la vista y esbozó una sonrisa de oreja a oreja.
 -¡Louis! No esperaba verte por aquí.
 -Yo a tí menos.
 -Estaba haciendo tiempo para ir a verte, es la hora de comer...-dijoél, levantándose y abrazando al chico, todo bajo la atenta mirada de Niall.- ¿Qué tal estás?
 -Bien, intentando que me dé un poco el aire. ¿Y tú?
  -Pues yo también, no me puedo quejar. ¿Quieres helado?- le ofreció el chico.
 -No, gracias, hace un poco de frío.
 -Tú te lo pierdes.- murmuró Zayn agachando la cabeza hacia la enorme tarrina de helado de fresa.
 -¿Qué has estado haciendo estos días?
 -Pues nada interesante. Bueno, miento; he visitado el cementerio de Mullingar.- dijo él, sin levantar la vista del helado.
 Louis no pudo evitar mirar de reojo a Niall, que abrió los ojos desmesuradamente.
 -¿Y eso?
 -Bueno, no estaba allí desde el día del entierro, me apetecía pasarme... Y no sabes lo que me encontré. No te lo vas a creer.
 -Cuenta, cuenta. Tu tono suena a culebrón. ¿Pillaste al cura con una monja?
 -Estás enfermo.
 Louis rió maliciosamente mientras se sentaba al lado de Zayn.
 -El caso es que estaba llegando al mausoleo cuando escuché un ruido, así que me paré para ver que era... Y había una chica delante la tumba de Niall. Toda vestida de negro, dejó un sobre y empezó a llorar delante de la tumba... No tardó mucho en irse. No quise abrir el sobre, tampoco me pareció bien.
 Louis miró al rubio, que se había quedado petrificado.
 -Katherine...- murmuró, alejándose de los dos chicos, primero lentamente, para después echar a correr.
  Los recuerdos no dejaban de venir a su mente, inundándole e impidiéndole pensar.

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