viernes, 28 de junio de 2013

Capítulo 54- La vuelta a escena de esos ojos negros

De nuevo vuelven los personajes antiguos; http://unfanficdiferente.blogspot.com.es/2013/03/capitulo-27-paseos-reveladores-ojos.html aparición estelar
                                                                                                          Daphne



Zayn abrió cuidadosamente la puerta de entrada a casa, temiendo despertar a Meg con el ruido de sus pasos. Era ya madrugada, pero no había podido ir más deprisa, y el viaje hasta Mullingar llevaba un rato, a pesar de que intentase ir lo más rápido posible.
 Subió despacio las escaleras que llevaban a los dormitorios, mirando hacia los lados en la completa oscuridad, intentando no chocarse con ningún objeto inesperado. Se agarró al pasamanos, sorteó los numerosos obstáculos y abrió la puerta haciendo el menor ruido posible, observando su habitación con curiosidad.
 La luz de la mesilla continuaba encendida, y, por el tacto ardiente de esta, llevaba así toda la noche. Zayn encontró a Meg acurrucada encima de una cama sin abrir, con la cabeza hundida en la almohada húmeda y abrazada a un montón de pequeños trajes de bebé, de todos los colores y texturas.
 El chico suspiró; no era la primera vez que pasaba. Agarró con delicadeza los trajes de niño y tiró de ellos, intentando no despertarla con el movimiento. No surtió efecto; uno de los redondos ojos color gris de la chica se abrió, observándole con sueño.
 -¿Todavía llegas ahora?- murmuró, su voz ahogada en la almohada.
 -Lo siento, cielo, no tendría que haberte dejado sola...
 -No importa.- contestó, sentándose en la cama y mirando los trajes con tristeza.- ¿Qué tal ha ido?
 -Pues no muy bien. Me ha echado.
  -Dale un poco de tiempo y vuelve. Tal vez si...
 -Tiene todo el derecho del mundo a no querer verme más.
 Zayn cogió los vestidos de las temblorosas manos  de la chica y la miró, arqueando una ceja.
 -Ya habíamos hablado sobre esto, Meg.- susurró mientras volvía a guardarlos en la caja de cartón a la que habían sido confinados, a la espera de alguna organización benéfica a la que ser donados.
 -Lo siento, Zayn. Siento que tengas que verme así, pero...-Meg resopló, frotándose los ojos con el dorso de la mano.- ¿Qué será de esa niña? No lo entiendo, no consigo comprender por qué se la lleva, si no la quería...
 -Es venganza, Meg. Primero dejó que nos encariñásemos con ella, y con el bebé, para luego marcharse. Justo lo que le hice yo hace medio año.- explicó él, pasándole un brazo por los hombros.- Siempre la quiso, al menos eso me imagino. No te preocupes, por favor, llegaremos a...
 -Es que, no sé... Ya me había hecho a la idea de ser madre, hasta tenía ilusión... Lo había asimilado, no sé...
 -Cuando estemos preparados.- cortó el chico.- No tengas prisa. Cuando te sientas lista, entonces lo seremos. No bajo presión.
 Ella asintió, hundiendo su cara en el hombro de Zayn.


 -Bueno, Harry, voy a acabar por irme sin ti, porque hoy estás especialmente lento.- dijo Louis, esperando al chico con una mano puesta en el pomo de la puerta, la chaqueta colocada y una sonrisa escéptica en su rostro.- Petardito.
 -Lo siento, no encontraba mis gafas de sol.- murmuró su acompañante, dando golpes al suelo con el pie para terminar de calzarse el zapato.- Sin agobios, eh. Que estamos de vacaciones.
 -No por mucho más tiempo, te aviso.- Louis abrió la puerta, invitando a Harry a salir delante de él.- La semana que viene empezamos las grabaciones.
 -Bueno, fue bonito mientras duró...
 Los dos chicos se montaron en el ascensor. Habían decidido salir a dar un paseo para refrescarse los ánimos, que no estaban en su mejor momento.
 -¿Al sitio de siempre?- preguntó Harry. Louis asintió; siempre iban al mismo lugar para pasear, una larga calle escondida entre dos edificios, cuya estrechez al principio engañaba, y ahuyentaba a la mayoría de turistas.
 Harry sonrió, y los dos chicos comenzaron a caminar en silencio.
 Ninguno de los dos tenían nada que decirse al otro; además, las cosas estaban tensas entre ellos desde el día del entierro de Sophia. Louis no podía entender la posición ni los argumentos de Harry. Sabía que estaba dolido, lo entendía, como también entendía su arranque de ira. Pero lo que no pillaba era por qué contra Zayn. ¿Acaso él le había hecho algo malo a la chica?
 Podría ser que el rencor estuviese allí desde antes, y lo de Sophia solo hubiese sido una excusa. Era la hipótesis más posible para Louis, pero no la comprendía del todo. Se suponía que Harry le había perdonado... ¿No?
 "Ahora que lo pienso, nunca se lo dijo directamente" pensó el chico "fue algo que deduje yo"
 No acababa de encajar. Harry no era tan rencoroso.
 Entonces, ¿qué podía ser?


 -No, Harry, sabes que yo tengo razón. No me discutas.- dijo Louis, mirándole con los brazos cruzados.
 -Me niego. Aquí hace más calor, no digas que no.
 -Eso es mentira. Es en este lado.
 Los dos chicos llevaban un buen rato discutiendo sobre en cuál de los dos lados de la acera era más caluroso pasear.
 -Es este, porque...
 Las palabras se negaron a seguir saliendo de la boca de Louis al descubrir una figura familiar en una de las esquinas de la calle.
 Era ella.
 -¿Louis?- escuchó a su amigo, que se le había quedado mirando con expresión confusa.- ¿Pasa algo?
 -No, nada...- contestó el chico, todavía sin dejar de mirarla. Esta vez no llevaba la guitarra con ella, si no que vendía helados en un puesto hecho con cajas de cartón. Se notaba un ligero cambio.
 -Ahora vuelvo.- murmuró él, alejándose de Harry sin ni siquiera mirarle. Este resopló y le siguió, quedándose a cierta distancia, mientras se rpreguntaba como podía juntarse con gente tan extravagante.
 -Hola.- saludó a la chica, que contaba con la cabeza gacha la recaudación que llevaba ese día.
 -Ah, hola.- contestó, levantando la vista. Sí, no había duda; esos ojos...
 Louis no se dio cuenta de que no paraba de mirarla hasta que esta carraspeó.
 -La lista de helados esta ahí.- dijo, señalando un pequeño cartelito que colgaba precariamente de uno de los lados del mostrador.
 -Oh, lo siento. Quiero el de... ¿vainilla?- murmuró Louis, poniéndose rojo. Ella asintió
 Ahora o nunca.
 -Siento haberme quedado pasmado, pero creo haberte visto por aquí hace ya un tiempo, pero tocando la guitarra...
 La chica asintió con una sonrisa.
 -No era lo suficientemente rentable para subsistir, así que he tenido que buscar una alternativa. Pero...
 -¿Qué te parece si esto me lo cuentas cenando?- preguntó Louis, interrumpiendo bruscamente a la chica. No sabía qué contestaría, pero en el fondo notaba que había algo raro, que algo faltaba...
 Ella soltó una carcajada.
 -Qué directo.
 -Lo sé, cosas de la vida.
 "Si te dijese que posiblemente no me quede mucho tiempo para hacer estas cosas..."
 -¿Y si ahora digo que no?-preguntó ella, tendiéndole el helado con una ceja arqueada.
 -Pues... me iría a casa triste, pero seguramente volvería mañana.
 -Entonces eres persuasivo.
 -Suelen decirme que si.
 -En ese caso, mejor aceptaré la invitación.- contestó, guiñándole un ojo.- Esta noche a las ocho en punto; no tengo mucha paciencia, así que no me hagas esperar. Ah, y me llamo Scarlett, por si te picaba la curiosidad. ¿Tú eres...?
 Louis frunció el ceño. Ahí estaba lo extraño.
 No le había reconocido.
 -Louis, encantado.- contestó, tendiéndole la mano por encima del puesto de cartón.
 Ella se la estrechó, y Louis pudo entrever uno de los tatuajes que decoraban las muñecas de la chica.
 -A las ocho, que no se te olvide.- repitió ella.- ni un minuto más, ni uno menos.
 -No faltaré, lo prometo.- contestó el chico, despidiéndose.

1 comentario :

  1. AME EL CAP!!!!!! SOS UNA DIOSA!!!!! COMO HACES PARA HACER ESTE CACHO DE CAPITULO?
    siguelaaaaaa.... felicitaciones por las 5000 visitas.... te lo mereces.... jajajja besosossooso y espero que tenga muchas mas visitas....

    ResponderEliminar